Primer caso de equinococosis quística felina en Chile: un hallazgo con implicancias en salud pública

Primer caso de equinococosis quística felina en Chile: un hallazgo con implicancias en salud pública


Este descubrimiento del Dr. Nicolás Pérez, presidente regional de Colmevet Aysén, fue publicado en mayo de este año en la revista Parasitología Veterinaria, destacando que es el primer caso de un felino infectado en Chile y que se suma a otros seis previamente reportados en Italia, Argentina, Turquía, Rusia y Uruguay

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En 2023, el Dr. Nicolás Pérez, presidente del Consejo Regional Aysén del Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet), recibió por derivación a una paciente felina a la que, mediante un diagnóstico ecográfico, se le habían detectado tumores o masas quísticas que debían ser removidas quirúrgicamente. En el pabellón sucedió algo completamente fuera de lo común. “Apenas abrí la cavidad abdominal de la paciente empezaron a salir  una suerte de pelotitas, sin tener idea de qué se podría tratar. Se trataba de bolitas, algunas transparentes y otras más perladas, desde un 1 mm a 1 cm, con rangos intermedios”, recuerda el Dr. Pérez.

Al no saber de qué se trataba, el Dr. Pérez se comunicó con la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Salud para solicitar el análisis de las muestras, y al mismo tiempo realizó un examen en su clínica particular. El resultado confirmó la presencia de estados larvarios de Echinococcus granulosus, constituyéndose así en el primer caso reportado de equinococosis quística felina no solo en la región de Aysén, sino en todo Chile.

A partir de este hito, en mayo de 2025 se publicó en la prestigiosa revista Parasitología Veterinaria el artículo “Primer caso documentado de equinococosis quística felina en la región de Aysén, Chile”, de los autores Sandra Tarazona, Claudia Álvarez, Nicolás Pérez, Miguel Oyarzo, Galaxia Cortés-Hinojosa, Cristian Bonacic y Cristian Álvarez, destacando que no solo se trata el primer caso de un felino infectado en la región, sino que en todo Chile, el que se suma a otros seis previamente reportados en Italia, Argentina, Turquía, Rusia y Uruguay. Más allá de lo excepcional del caso, este hecho pone de relieve la problemática que representa la hidatidosis en la región y visibilizada por prestigiosos médicos veterinarios.

El ciclo de vida de la enfermedad

Para entender la relevancia de este hallazgo y sus implicancias desde el punto de vista de la salud pública, es necesario describir el ciclo de vida del de vida del Echinococcus granulosus, que es el agente causal de la hidatidosis.

Los gusanos adultos de Echinococcus granulosus viven en los intestinos del hospedador definitivo, que puede ser un perro, que disemina los huevos de este parásito al ambiente a través de las heces. Estos huevos son ingeridos por un hospedador intermediario, que puede ser un cordero o una oveja que, al comer pasto, ingiere los huevos y desarrolla un quiste hidatídico, que se posiciona principalmente en el hígado y en los pulmones.

Posteriormente, el hospedador definitivo se infecta al ingerir órganos que contienen los quistes del huésped intermediario, donde se desarrollan en gusanos adultos, completando un ciclo que se puede repetir como un bucle.

“¿Qué es lo que favorece que los perros se coman a los corderos? Sobre todo en la región de Aysén ocurre que, cuando se faena un animal, las vísceras se las dan de comer a los perros, transmitiéndoles el estadio larvario para que se contaminen de nuevo. Se trata de hábitos culturales muy difíciles de erradicar”, destaca el Dr. Pérez. El problema radica en el alto potencial zoonótico de esta enfermedad.

“Los perros, al ser portadores de este parásito, diseminan sus huevos en el ambiente, lo que puede provocar la infección de las personas al consumir alimentos contaminados. Así, los humanos nos convertimos en hospedadores intermediarios, también llamados hospedadores-trampa, ya que no formamos parte del ciclo natural del parásito, pues el perro no se alimenta de personas. Esta infección da origen a una enfermedad llamada hidatidosis, de alta prevalencia en la región de Aysén, que se caracteriza por la formación de quistes que comprimen los órganos y que deben ser removidos quirúrgicamente”, agrega.

El paciente felino descrito en la publicación participó como un hospedador intermediario muy poco frecuente, pero que pone en evidencia un profundo problema de salud pública. Para la Dra. Claudia Álvarez, médica veterinaria encargada de la unidad de Zoonosis de la Seremi de Salud Aysén, este caso reviste especial relevancia. “De acuerdo a lo que hemos conversado con otros investigadores, este caso refleja la alta contaminación ambiental presente en la región, lo que se relaciona directamente con el elevado número de casos de hidatidosis, especialmente en personas menores de 15 años. Esto evidencia un significativo grado de contaminación de las praderas con este parásito”, señaló.

Así lo corrobora el Dr. Miguel Oyarzo, médico veterinario integrante del Consejo Regional Aysén. “Este hallazgo refuerza el hecho de que, en las zonas endémicas, es decir, donde la enfermedad se presenta comúnmente, como la región de Aysén, donde esta zoonosis es altamente prevalente en personas, ganado y perros, es sumamente importante además considerar la contaminación ambiental con huevos de este parásito como un factor relevante para comprender los mecanismos de transmisión y riesgo hacia las personas que habitan esos territorios”.

La Dra. Álvarez destaca el importante problema sanitario que representa la hidatidosis en la región de Aysén que “tiene la mayor cantidad de casos a nivel nacional. El año pasado tuvimos 25 casos de una enfermedad que está presente en todas las comunas de la región. Y, como comentaba, tenemos un importante número de personas menores con quistes hidatidosis. Incluso, el año pasado tuvimos el caso de un menor de 3 años de edad con hidatidosis en Cochrane. En estos casos, el riesgo radica en que, por falta de UCI pediátrica en Coyhaique, los pacientes deben viajar fuera de la región, por lo tanto es un tema costoso a nivel de salud pública, con una importante carga social asociada”.

El Dr. Oyarzo recalca que este tipo de casos llaman a la reflexión “y a la necesidad de implementar políticas nacionales efectivas y programas de control de hidatidosis en nuestro país, que sean continuos a través de los años y que tenga un enfoque  intersectorial. Esta enfermedad, dadas sus características, no solo debe ser abordada por la salud humana, también por la salud animal y otros sectores del Estado y que pueda además considerar al menos la desparasitación regular de mascotas, la eliminación segura de las vísceras del ganado de los animales faenados y la vacunación de estos contra la enfermedad, entre otras medidas”.

Por su parte, la Dra. Álvarez destaca las medidas que se están desarrollando en la actualidad para controlar esta problemática. “Como Seremi de Salud estamos llevando a cabo varios programas de prevención de esta la hidatidosis. Algunos de ellos los estamos desarrollando en forma conjunta con el Servicio Agrícola y Ganadero, que acá en la región está implementando una campaña de vacunación contra la hidatidosis en ovinos. También se están implementando campañas de promoción de la tenencia responsable para mejorar la convivencia con los animales de compañía, especialmente con los caninos, y actividades educativas para crear conciencia sobre esta enfermedad”.

El primer caso de equinococosis quística felina revela el desafío que representa la hidatidosis en la región de Aysén, ser abordado bajo la perspectiva Una Sola Salud, por involucrar aristas de salud humana, animal y ambiental, donde las y los médicos veterinarios de la región tienen mucho que decir.

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