El Futuro de las Nuevas Generaciones
Al iniciarse un nuevo año lectivo en las universidades nacionales consideramos necesario entregar algunas reflexiones sobre lo que deparará el futuro a las nuevas generaciones de médicos veterinarios.
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En este sentido consideramos de gran actualidad las declaraciones del Presidente de la Corte Suprema de Justicia, planteando su preocupación sobre la formación que estarían recibiendo las nuevas generaciones de abogados.
En primer lugar estimamos adecuado preguntarnos si la formación que entregan las diferentes escuelas de medicina veterinaria del país está basada en programas y planes de estudio que sean equivalentes entre ellos. Esto significa que los egresados de la escuela A van a recibir una malla curricular que cumpla los mismos o similares objetivos y propósitos que la escuela Z.
También significa que los profesores que desarrollan las materias, tengan la suficiente experiencia y calificación para ejercer las cátedras con la autoridad que les entrega el hecho de haber investigado y trabajado el área relacionada con su materia. Los profesores debieran haber seguido una carrera docente y dedicarse en forma exclusiva a su trabajo académico para que puedan ser respetados. Además, deben ser capaces de demostrar a través de publicaciones y de trabajo en terreno, que realmente dominan la materia que entregan a los jóvenes estudiantes.
En la actual situación de proliferación de escuelas de medicina veterinaria, es altamente conveniente que los estudiantes reciban una educación de excelencia, que por un lado justifique los altos aranceles que deben pagar para educarse y que además les garantice que serán capaces de competir en un contexto de mercado laboral que seguramente más temprano que tarde, se caracterizará por el alto número de profesionales en busca de un trabajo de un nivel de ingreso acorde al dinero invertido y a las expectativas que los impulsaron a estudiar nuestra querida profesión.
Recibir una educación de excelencia significa una fuerte formación en ciencias básicas que permitan una sólida formación científica para enfrentar los desafíos que diariamente debe enfrentar el médico veterinario en las diferentes áreas de competencia profesional.
El gran interrogante que se presenta es saber si están todas las actuales escuelas de medicina veterinaria en condiciones de asegurar que cuentan con la capacidad académica para entregar la formación adecuada.
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